lunes, 21 de noviembre de 2011

NYC


Hace poco más de dos semanas partí hacia una de las ciudades más impresionantes que hay en el mundo: New York City. No sabía realmente que esperar, mucha gente me había hablado de muchas cosas bastante interesantes al respecto. La verdad es que el principal motivo por el cual había decidido ir se debía a que uno de los gemelos había partido hacia allá desde hace dos meses para estudiar, y tenía ganas de visitarlo. Al plan se añadiría otro amigo más quien, a su vez, tiene varios amigos por allá… y aunque en los días previos a la partida hubo pequeñas (muy pequeñas en realidad) diferencias con respecto a lo que cada uno quería, principalmente con respecto al hospedaje… al final estuvo bastante chingón que también le cayera y que nos hubiéramos quedado en un hotel más chingón del que inicialmente se había planeado.

Fuera de una nevada irregular el primer día que llegué a Nueva York, el clima estuvo bastante agradable. Si hacía algo de frío en la mañana y en la noche, pero el resto del día era más o menos cálido y con pocas nubes, haciendo que el sol alumbrará de manera muy chingona lugares como Central Park, Wall Street y la 5ta Avenida.

Le caminé bastante, a pesar de que el metro te lleva prácticamente a todos los lugares de la ciudad. Pero es que, para mi es inevitable caminar en un lugar nuevo, creo que es la mejor manera de realmente conocer la ciudad, de envolverse en su dinámica. Afortunadamente, siempre he caminado así que no estoy desacostumbrado, aunque la neta si hubo días en los que me cansé bastante.

Halloween en una ciudad gringa, especialmente del tamaño de NYC, es algo que se tiene que vivir en algún momento. Desfiles continuos de gente disfrazada en la calle, incluso días antes de Halloween (mujeres hermosas en disfraces chingones, ufffffffffff). Ambiente de desmadre en todos lados. Me gustaría regresar en otro Halloween con un disfraz cabrón, para éste solo me compré uno de los 4 Fantásticos, pero estaría chingón algo más innovador para futuras ocasiones.

Varios museos bastante interesantes como el MOMA (Museo de Arte Moderno) con colecciones de pinturas muy buenas incluyendo a Monet, Pollock, Van Gogh, entre otros; el Guggenheim ,que parece ser una especie de catedral hipster; el Museo de Historia Natural que hizo muy feliz a mi niño interior con tanto fósil y esqueleto de dinosaurio; y el Museo Metropolitano de Arte, con una colección bastante extensa de objetos de arte de diferentes etapas de la historia, y que por cierto la parte dedicada al arte medieval está hasta la chingada pero bastante bonito el lugar donde se encuentra.

Procuré salir lo más que pude en las noches. Hubo un par de pedas bastante chingonas, en las que me la pasé cabronamente bien. En la primera, fuimos a Brooklyn con unos amigos de Felipe, empezamos a chupar en la casa de los amigos y después nos dieron un tour en los bares aledaños a los que acostumbran ir… muy cagado, conocimos a una vieja con un disfraz muy chingón de Blade Runner, después a otras más con sus disfraces de mujer maravilla y de “super girl”, jaja… Cantamos, bailamos… Después partimos de nuevo a la casa y le dimos unos jalones a una mota que quien sabe que chingados tenía pero si me tumbó, aún así conseguimos regresar al hotel no sin antes dejarle un poco de vómito a NYC de recuerdo, jaja….

En la segunda, mi primo y yo, caímos a un bar cerca del barrio de “Soho”, pintaba para algo tranquilo inicialmente como para solo chelear, más porque el bar estaba vacío al principio pero conforme se hizo más tarde le cayeron un chingo de oficinistas gringos y pues ahí empezó a ponerse más cagada la cosa. Topamos a un coreano que nos invitó unos tragos y pues ya después le invitaríamos otros nosotros, y más tarde yo lograría jalar a un par de chavas con nosotros… el coreano se ocuparía de una de ella, y poco después, yo de la restante… muy divertido, aunque ya no quisieron jalar a otro lado :(.

Me gustó la actitud de las mujeres neoyorkinas. Sentí más alivianada su actitud, más abiertas a conversar. Y aunque no es correcto generalizar, mis viajes diarios en metro me hicieron concluir que la mujer neoyorkina sabe vestirse y arreglarse.

También fui a visitar el campamento de "Occupy Wall Street". Nos detuvimos ahi un rato porque Felipe quería que le hicieran unas playeras con los logos del movimiento. Escuchamos a algunos de los líderes y también platicamos con gente, que al igual que nosotros tenía curiosidad de lo que había en el campamento. Fue muy interesante conocer las ideas de la gente con respecto a ese movimiento.

El último día fuimos a un bar donde tocaban Jazz. Muy buen espectáculo, la banda que tocó se rifó muy cabrón, y la verdad creo que presenciar una tocada de Jazz de calidad en vivo es una experiencia muy chingona, es presenciar una plática entre instrumentos.

Hace casi dos años que no salía del país, y tras este viaje me doy cuenta de la importancia de viajar, más de la manera en la que resultaron las cosas en este viaje. Convivir con personas de otros países es siempre nutritivo, conocer otras visiones, conocer otras perspectivas de vida… que no necesariamente son mejores, pero permiten ver las cosas desde otra perspectiva. Creo que al estar tanto tiempo en un país o dentro de un mismo lugar, inconscientemente nos creamos barreras en nuestra percepción que solo son removidas con este tipo de experiencias.

Definitivamente es uno de los viajes que más he disfrutado y espero poder realizar pronto otro similar. Quiero conocer más lugares, quiero conocer más gente de esos lugares a los que vaya, platicar, convivir y aprender más…