"Chee - Chees" Time

O dicho de otra manera, el post del teibol, ja…

Así es, en este post hablaré de esos centro de diversión nocturna, aclamados por muchos y criticados por muchas, pero que al fin y al cabo han pasado a formar parte del catálogo de diversiones de los fines de semana, (de uno que otro, no se me alarmen, ja).

Pues que se puede decir al respecto de estos lugares… Mmmm, realmente son muchas cosas. En primer lugar, que son la onda para cuando uno no encuentra muchas alternativas de diversión, o no se cuenta con un plan definido; cuando se tiene cierto desapego a una determinada cantidad de dinero, así como un grupo de amigos dispuesto a echar desmadre y abandonarse a los excesos de la vida. En segundo lugar, la ciudad de México, como buena capital mundial, tiene una oferta muy variada al respecto, por lo cual uno encuentra diferentes opciones, las cuales aunque no varían tantísimo en precio, si lo hacen en calidad tanto del “producto principal” (las viejas obviamente) como del servicio de la gente (gerente, meseros, etc.).

Ahora, rememorando un poco… ¿Cuándo fue la primera vez que caí en uno de estos lugares?... mmm, ya tiene un rato, ja… Digamos que fue en el último año de prepa en un Acapulcazo, en donde, una noche sin mucho que hacer (es decir, después de haber sido bateados de todos los antros, ja) decidimos ir a probar suerte a uno de esos lugares tan famosos en el puerto… y, bueno, aunque estuvo bastante cagado…. debido a nuestra rotez, solo pudimos echar un rato el ojo y tomarnos unas cervezas. De ahí pasó bastante tiempo para volver a caer en un “teibol”, hasta que un día, en el último año de la carrera un amigo que me daba aventón cerca de mi casa, volteó a un local en insurgentes, se le quedó viendo y me dijo “¿Qué onda, entramos a ver que pedo?” a lo que simplemente respondí “ güey, yo solo tengo 100 varos” (o sea pa’ la chela y ya) a lo que enseguida respondió “ No hay pedo, traigo la tarjeta “, jaja… y pues nos la pasamos cotorrón… Unos meses después, este lugar se convertiría en el destino de las primeras quincenas de algunos de mis cuates, ja ( de las mía no, porque yo salí un semestre después, entonces todavía la hacía de estudihambre en ese entonces, ja). Regresamos unas cuantas veces más a este lugar, pero hasta eso, nos la agarrábamos tranquilón… hasta que un día lo clausuraron. De ahí pasó nuevamente otro rato, para que volviéramos a encontrar un lugarcito que nos gustara… hasta que a principios de este año (aunque, en contra de mi voluntad… de verdad, yo quería ir a otro lugar… pero mi cuate estaba necio y pues ni pedo) lo encontramos. Y pues la neta, está bastante chingón el lugar… ya hasta despedida de soltero organizamos ahí. Definitivamente un lugar cotorrón el buen “Chateau” (chequen nomás, hasta de caché suena el nombre)… divertido para pasar un rato chupando con los cuates y cotorreando con las viejas del lugar.

Pero, ¿Por qué uno va a un teibol?... pues la respuesta es sencilla… por que los hombres somos unos pinches calientes, ja (bueno, una gran mayoría)… Y si, lo caliente, definitivamente se puede quitar de muchas otras formas… pero de vez en cuando (digamos una vez cada dos meses), está cagado que una completa extraña se quite sus ropitas (sin que uno haga el más mínimo esfuerzo y sin deseo alguno de que trascienda) al ritmo de cualquier canción mientras uno con sus cuates chifla, grita, y demás cosas de carácter totalmente simiesco y orangutanezco. Los teibols, son como una especie de Disneylandia para hombres.

Para aquellos o aquellas lectores que no sepan que sucede ahí adentro, en el teibol… pues realmente puede suceder todo lo que la “moral” (por llamarle de alguna manera) y el presupuesto de cada quien pueda aguantar. Realmente es responsabilidad de cada quien llegar a un punto determinado o sobrepasarlo. En el caso de mis amigos y el mío, generalmente, nos la pasamos echando desmadre con las viejas, chupando y echando uno que otro bailecito con la chava que nos gustó.

Está cagado también, pues hablando desde un punto de vista más científico, más sociológico, estos lugares son un escaparate bastante interesante de cómo se desarrollan las relaciones entre mujeres y hombres, especialmente cuando no hay tapujos respecto a lo que cada parte busca de la otra. Y es que muchas ocasiones, es una psicología (2,3 cabronsona) la que se desarrolla ahí para ver quien manipula a quien.

Con respecto a las chavas que se dedican a la bailada. Realmente creo que cada quien puede hacer con su cuerpo lo que le dé la gana. La neta yo no juzgo, y lo poco o mucho que he llegado a platicar con algunas de ellas, generalmente tiene que ver más con desmadre que con aspecto personales, tanto de ellas como de mí. Y como en todo, uno encuentra muchos tipos de personas unas más serias, otras más desmadrosas, unas más sociales, otras menos, y así… Obviamente, la mayoría de muy buen ver…

Y bueno, algunos de los mandamientos en el teibol, al menos desde mi punto de vista:

• El teibol no es un lugar para ligar, es un lugar para divertirse y ahí queda la cosa. Nunca falta encontrarse con el güey que se le va el pedo con respecto a esto, y ya se anda enamorando ahí adentro, y ofreciendo poner casa y todo a las viejas, ja.
  
• El teibol es un mundo de ilusiones (acuérdense que es Disneylandia), por lo que hay que saber separar la realidad de la ilusión. Más que nada, tiene que ver con divertirse pero no dejarse engatusar, manipular, etc. No hay que tomarse nada en serio.
  
• Se recomienda ampliamente el autocontrol o evitar ir con tarjetas de crédito. Si uno no es capaz de controlarse no es buena idea acudir con una.
  
• Como en cualquier lugar, siempre hay que llevar la cuenta de todo lo que uno ha consumido, porque no faltan los meseros que quieran chingar. Una de las cosas por las que me gusta este último lugar que conocí con mis cuates es precisamente porque siempre presentan cuentas claras y con propinas justas.
  
• Siempre debe ser una simple y llana diversión… como en muchas otras cosas, hay una delgada línea entre la diversión y el vicio. El teibol deja de ser divertido cuando se convierte en necesidad, compromete parte importante de los ingresos de la persona que asiste o es la fuente principal de un individuo para “conocer” chavas, entre las que se me ocurren ahorita.
  

Y lo anterior, no lo digo porque me haya pasado a mí… pero a veces lo ves, o escuchas cada historia y si dices “Chales”… como sea, entre mis amigos y yo, todo esto está claro... pero bueno, es para que también sepan que onda aquellos que leen esto sobre lo que se debe y no se debe hacer, aunque al final también es cuestión de sentido común, ja.

En fin, pues para finalizar el post, un videito hip hopero, que trae una letra medio chacolona pero está cagada, jaja... precisamente como para agarrar la onda teibolera, ja...

D4L - Laffy Taffy