No recuerdo precisamente donde escribí esto,
creo que fue en el vuelo que iba de Bucarest a Varsovia. Lo encontré ahora que
hacía una revisión del cuaderno que llevaba y en el que ocasionalmente escribía
frases, nombres de personas o de canciones que iban marcando el viaje. Veamos:
Sobredosis de emociones que desatan la resaca
emocional más grande que se pueda imaginar, la alteración de la realidad como consecuencia
del renacimiento interno y del encuentro –aún- parcial de uno mismo.
No sé qué es lo que debiera sentir en este
momento. Las semanas pasadas han sido de lo mejor, no necesariamente perfectas,
pues nada lo es. Pero han contribuido con aventuras memorables, gente
inolvidable y sobretodo han fortalecido la idea de que cuando así lo deseo
puedo ser alguien sumamente fascinante (Lo sé, eso último suena un poco
narcisista pero creo que hay que reconocer el momento en el que uno
verdaderamente se gusta ¡ja!)
No quiero caer en ese concepto de que el “yo”
que está presente en Europa es una edición especial de tiempo limitado de mí.
Qué ese “yo” sólo se diluya y quede como un grato recuerdo. No eso no es lo que
quiero ni lo que sucede. Esto es una reafirmación de quien verdaderamente soy. Aún
falta consolidarlo y para ello aún hay pruebas pendientes, como el propio
viaje, y eso lo hace sumamente interesante.
Me queda claro que la evolución personal es una
decisión, una muy emocionante. Quiero continuar llevándome a otros extremos que
me obliguen a ser mejor, a ser más audaz, más osado.
Me fascina esta sensación de llegar a lugares
totalmente desconocidos. Encarar rostros nunca antes imaginados, ideologías más
o, a veces, menos complejas. Pero sobre todo esa especia de carrera personal, a
veces no plenamente consciente, por dejar una huella en el lugar y en las
personas que voy conociendo.
Aún faltan unos días por estas latitudes y
espero seguir teniendo excelentes experiencias, continuar conociendo personas y
lugares mágicos.
Fin de lo escrito aquel día.
Tan solo una parte del reflejo de las emociones
provocadas por lo vivido en Europa. Les dejo una de las canciones que definitivamente
marcó el viaje, especialmente después de lo vivido en Varsovia. Cuando iba en
el camión de Varsovia hacia Riga, parcialmente ebrio, después de dejar a mis
chicas polacas ya me andaba sacando la lágrima ¡ja!
En general la canción no tiene madre, pero la última estrofa ufffff:
"This is not the sound of a new man or crispy realization
It's the sound of the unlocking and the lift away
Your love will be
Safe with mE"
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